lunes, 13 de octubre de 2008

Actuación centro cultural de San Blas. Cusco. 14 de septiembre.

En pleno centro histórico de Cuzco tengo el lujo de contar mis historias, en el barrio de San Blas, el barrio de los artesanos cusqueños.
El salón de actos del colonial edificio se llenó, lo cual siempre se agradece. Entre el público mi amiga Tania y su familia, incluido el Inca (su hermano de afecto, el actor que representa al Inca en la fiestas del Inti Raymi, la fiesta del Sol) con su esposa y sus hijos. También vi una cara conocida, Rina, que voló conmigo sobre los Andes y que durante las horas de vuelo entre Buenos Aires y Lima, me hizo conocer palabras tan bellas como Abyayala: Amor y abundancia.
Mi voz ya era un hilo delgado, más de treinta funciones y tantos viajes habían adelgazado el robusto lazo trenzado que había salido conmigo desde el otro lado del mundo, pero siempre hay fuerzas para contar y lo hice con la alegría en el cuerpo, a un volumen bajo que nos hizo mucho más cómplices ¡qué más daba quedarme mudo, si ya faltaba tan poco para que mi tonada se tomara un descanso! Además al día siguiente me esperaba Machupichu ¡qué más daba quedarme mudo un día antes si seguro que mañana me quedaría mudo a fuerza de belleza devorando mis ojos!

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