lunes, 25 de agosto de 2008

Un colombiano en medio de la barra brava del Boca. 10 de agosto.

Sí, señores y señoras, como lo leen, terminé metido en medio de la barra más brava del fútbol argentino y del mundo ¿Qué cómo fue eso? Pues no sé ni cómo pasó. Reservé la entrada el viernes en un supuesto lugar serio y resulta que a la hora de la verdad, el domingo, me habían cuasi timado, no tenían mi entrada y el muy cara dura con el que había hecho la reserva me dijo: “che, no está la entrada, la cosa se complicó, pero te voy a meter en preferencia, que es la más cara…” En principio yo había comprado una entrada para la tribuna lateral que está enfrente de la barra brava y desde allí podría hacer bonitas fotos, además de disfrutar del partido, así que ir a preferencia, la de la mitad, era una buena mejora, acepté, pero pasaron las horas y mi súperentrada en zona preferente se transformó en toda una incertidumbre, porque el hombre no sabía cómo meterme, al final la única opción era entrar colado con uno de los integrantes de la número 12 (la barra del Boca), amigo de él. ¿Y quién dijo miedo? no señor, ya metidos en faena había que seguir adelante. No saben la experiencia que fue.
Resulta que por culpa del pícaro que me engañó con lo de la entrada, me tocó esperar desde las 12 hasta las 4 de la tarde y no me dio tiempo de comer nada y en la tienda de comidas veo un letrero que dice Pati 10 pesos, Coca 10 pesos y me da por preguntarle a un gorila que tenía al lado, qué era un pati y el tipo me mira como con ganas de comerme sin pelarme y me dice: “ ¡y vos de dónde carajos sos!” y yo medio acojonado le respondí que de Colombia y el hombre cambio de actitud y con un tono más amable me dice que es una marca de hamburguesa. Más tarde veo de nuevo al gorila este parado en una barandilla metálica del estadio dirigiendo a todo mundo y cambiando los cánticos como director de orquesta, era el mismísimo jefe de la barra brava, menos mal le caían bien los colombianos, je,je.
Yo para camuflarme no dudé en cantar “yo soy del Boca desde la cuna…”
Me tocó ver dos peleas a puño limpio, alguien corriendo como alma que lleva el diablo en medio de la multitud de la tribuna, decían que seguro robó algo y huía. Pero lo más impresionante fue estar 2 horas enteras saltando sin parar, cantando y agitando las manos al son de las trompetas y los tambores de la hinchada (barra brava es un término de la policía según me comentaban los de la 12). En esta oportunidad el espectáculo estuvo en la tribuna.

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